jueves, 23 de julio de 2009

Teoría 3: Saint Simón

Saint Simón puede considerarse el primer antecedente de la sociología posterior a la Revolución Francesa. Preocupado por lo que consideraba una tendencia desorganizadora de la sociedad, Saint Simón rechazó la especulación filosófica acerca del orden social y a partir de una visión organicista propia del siglo XIX, encauzó sus esfuerzos intelectuales a la fundación de una nueva ciencia que tuviera por objeto al mundo social y que tuviera como principios rectores la organización y la creatividad.

Podemos dividir el pensamiento de Saint Simón en tres fases: un periodo caracterizado por una ruptura epistemológica con respecto a la reflexión social de su época y el nacimiento de su “fisiología social”; un periodo liberal donde destaca la necesidad de encauzar el conocimiento científico y la política hacia la creación de un régimen industrial; y la tercera fase donde su visión industrialista lo lleva a oponerse al liberalismo y el principio de propiedad privada, dando lugar a un socialismo utópico.

Ruptura epistemológica y nacimiento de la fisiología social (1802 – 1815)
Esta fase se caracteriza por la ruptura epistemológica que manifiesta el pensamiento saintsimoniano con respecto a los métodos intelectuales de su tiempo influenciados fuertemente por el pensamiento ilustrado. Saint Simon proclama una nueva forma de pensamiento social y político, una auténtica “revolución científica”.

Opuesto a la metafísica filosófica ilustrada de la que adquirió sustento ideológico el movimiento revolucionario francés, Saint Simon propone la construcción de un “nuevo sistema intelectual”, un pensamiento científico caracterizado por su convicción creadora, positiva, con un denotado interés reorganizador de la sociedad que permita revertir el daño que a los tejidos sociales ha causado el pensamiento tradicional fundado en la crítica al orden establecido y la desorganización social.

Saint Simón considera necesaria una nueva disciplina que arrebate la reflexión sobre la sociedad social a la teología legitimadora del orden monárquico y a la metafísica filosófica provocadora del caos. Esta nueva disciplina debería constituirse como en una “fisiología social” entendida como la ciencia positiva del hombre y las sociedades, con especificidad e identidad propias. Su aspecto positivo demanda a esta nueva disciplina fundar su conocimiento en la observación objetiva del orden social para desentrañar las funciones que dentro de él cumplen las organizaciones sociales concebidos a semejanza de órganos que componen un organismo viviente. Para Saint Simón, las instituciones sociales revelan una composición y funcionamiento específicos que deben ser considerados no desde una posición crítica que privilegie el cómo deben ser dichas instituciones sino desde una posición científica que nos revele lo que les es propio y su forma de participación en las transformaciones presentes y futuras de los procesos sociales.

Con la creación de la “fisiología social” Saint Simón pretende lograr la empresa de “hacer entrar en la categoría de las ideas de la física los fenómenos del orden llamado moral”; sólo un estudio positivo de los sistemas sociales puede descubrir las leyes del funcionamiento social y permitir la instauración de prácticas políticas que conduzcan al restablecimiento del orden social. A esta forma de acción política derivada de la práctica científica Saint Simón le designará “sistema de política positiva”.

Fase sociológica industrialista (1816 – 1825)
Un aspecto importante de la obra de Saint Simón, que acompaña a su sociología, es su pensamiento liberal desarrollado entre 1816 y 1818. Durante este periodo, el interés del autor se centra en combatir a la Monarquía Electiva francesa y al movimiento de restauración. Saint Simón consideraba al régimen monárquico el causante de la situación de desventaja política y económica en que se encontraban los industriales, gremio al que por cierto pertenecía. A través de publicaciones colectivas como “la industria” o “el organizador”, auspiciadas por industriales y el Banco de Francia, Saint Simón destacó el carácter progresista de la clase industrial reconociendo el ella la base de desarrollo de la sociedad. Todo cuanto permite el mantenimiento de la sociedad e incluso de la monarquía y sus ejércitos es producto del trabajo industrial. Saint Simón exige a los industriales tomar conciencia de éste, su papel dentro de la sociedad y a organizarse en un partido para competir por el poder político y sentar las bases de un nuevo régimen industrial con la orientación de la naciente ciencia social:
“Toda sociedad se apoya en la Industria. La Industria es la única garantía de su existencia, la fuente única de todas las riquezas y de toda prosperidad. Por esta sola razón, pues, el estado de cosas más favorable a la Industria es también el más favorable a la sociedad. He aquí, simultáneamente, el punto de partida y el fin de todos nuestros esfuerzos.”
La fisiología social, encargada del estudio de los sistemas sociales, deberá demostrar que la producción industrial constituye el factor determinante de las sociedades modernas; deberá asimismo investigar las aportaciones directas de la industria al orden social a fin de diseñar un sistema político adecuado a las necesidades de la nueva sociedad industrial.
Periodo industrialista socialista (1818 – 1825)
A pesar de su inicial coincidencia teórica y política con el liberalismo, en la última etapa de su vida, Saint Simón da un giro inesperado que lo colocará en el lado opuesto al pensamiento liberal. Para ser consecuente con su análisis sociológico de la nueva sociedad industrial, Saint Simón además de invitar a los productores a fundar un partido político para reclamar libertad económica, los incita ahora además a transformar la naturaleza de las relaciones sociales existentes e impugnar el principio capitalista de la propiedad privada. Para el pensador, el desarrollo de la producción en el orden industrial obligará tarde o temprano a subordinar a éste fin las reglas de la propiedad y a replantear el principio de libertad del liberalismo económico. Este principio permite establecer un puente entre la última etapa del pensamiento saintsimoniano y el pensamiento socialista de Karl Marx.

Teoría 2: RESUMEN DE LAS MEDITACIONES METAFÍSICAS DE RENÉ DESCARTES

RESUMEN DE LAS MEDITACIONES METAFÍSICAS
DE
RENÉ DESCARTES
Prólogo y resumen de las meditaciones según Descartes
Las meditaciones metafísicas de Descartes tienen como principal objetivo la demostración de Dios mediante razonamientos lógicos y de definir las bases del conocimiento del momento con el fin de disponerlo sobre unas bases más sólidas de las que había hasta entonces.
Descartes también estudiará la naturaleza dual del hombre compuesta por la “res cogitans” (pensamiento) y la “res extensa” (cuerpo). En resumen y en palabras del autor, podríamos decir que Descartes busca encontrar “la verdad” de las cosas a través de la razón.
Meditación primera
En esta primera meditación Descartes se plantea la duda principal y la que conlleva todo el desarrollo posterior. Descartes vio que afirmar o negar todas las verdades individualmente sería una idea estúpida e inútil. Sin embargo, se percató de que todos los conocimientos que había adquirido a lo largo de su vida se basaban en los sentidos. Por eso se planteó: ¿puedo fiarme de los sentidos? No, puesto que si he podido comprobar que a veces me han engañado, quién me dice que no lo hacen siempre. Otra observación que lo llevo a la duda fue el hecho de que no pudiera distinguir el sueño de la vigilia.
Todo esto llevó a Descartes a pensar si realmente, este Dios que el tanto quiere demostrar, quiere que vivamos en un mundo de engaño y mentira. Pero esto no es posible, puesto que Dios es bondad suprema y no sería coherente que quisiera que fuéramos engañados. Así pues, llega a la conclusión de la posibilidad de la existencia de un genio maligno, que mediante trampas nos lleva al error.
Meditación segunda
Una vez destruidos todos los conocimientos que había adquirido durante su vida, busca volverlos a reconstruir mediante un patrón fiable y de mucha más solidez. Para encontrar algo 100% fiable, Descartes busca entre las funciones del alma, pues las tareas que necesitan del cuerpo no pueden afirmarse puesto que no podemos demostrar la existencia de tal cuerpo. Descartes llega a la conclusión de que si piensa, existe (“cogito ergo sum”). Con esto ya ha encontrado la verdad absoluta y ya ha demostrado la existencia del espíritu. Luego el cuerpo no es más que el medio que usa el alma para interactuar con el mundo material creado por Dios.
Meditación tercera
En esta tercera meditación, Descartes demuestra la existencia de Dios. ¿Cómo demostramos su existencia? Los humanos son una sustancia, pero una sustancia pensante, una sustancia que desea, si desea es porque le falta algo, si le falta algo es porque hay algo mejor, completo, perfecto. ¿Cómo sabemos que nosotros no somos seres perfectos? Porque nosotros, aunque captemos las cualidades de los objetos, no sabemos si realmente estas cualidades son las auténticas o si simplemente son aproximaciones nuestras, distintas seguramente a las que realmente son de su naturaleza. Descartes distingue entre dos tipos de cualidades: las primarias y las secundarias. Las primarias son las que captamos a través de la razón y las secundarias a través de los sentidos; por lo tanto, las cualidades primarias son claras y distintas, mientras que las secundarias nos pueden llevar al error.
Aún pensando que fuéramos seres perfectos y autosuficientes, se nos plantea la duda de quién nos creó. El cuerpo evidentemente nace de un parto y lo explica la biología; lo que nos falta es quién crea el alma (“res cogitans”). Evidentemente debe venir de un ser superior, Dios; sólo Él es capaz de unir al cuerpo una alma. Y así queda resuelto el segundo argumento de la existencia de Dios.
Aún así nos faltaría saber cómo adquirimos la idea de la existencia de Dios. Como evidentemente no puede percibirse a través de los sentidos, nos percatamos de que sólo Dios mismo nos pudo introducir esa idea de forma natural.
Meditaciones metafísicas en las que la existencia de Dios y la distinción real entre la mente y el cuerpo son demostradas. Obra escrita por René Descartes y publicada por primera vez en 1641. En ella se elabora el sistema filosófico cartesiano que fue introducido en su Discurso del Método (1637).
El libro está compuesto por seis meditaciones en las cuales Descartes rechaza toda creencia en lo que no sea absolutamente cierto y luego intenta establecer lo que se puede saber con seguridad.
La primera meditación revela cuatro situaciones que tienen el potencial de confundir nuestras percepciones lo suficientemente como para invalidar una serie de enunciados sobre el conocimiento. El más importante de los argumentos invalidadores que Descartes presenta es el del genio maligno, que tiene la capacidad de confundirnos en nuestras percepciones y arroja dudas sobre todo lo que podemos conocer acerca del mundo y de sus propiedades. Sin embargo, aunque el engañador puede falsear nuestras percepciones, no tiene la capacidad de falsear lo que "creemos" percibir. Descartes también concluye que el poder de pensar y existir no pueden ser corrompidos por el engañador.
La segunda meditación contiene el argumento de Descartes sobre la certeza de la propia existencia, incluso ante la duda de todo lo demás:
Me he convencido de que no hay nada en el mundo, ni cielo, ni tierra, ni mente, ni cuerpo. ¿Implica ello que yo tampoco exista? No: si hay algo de lo que esté realmente convencido es de mi propia existencia. Pero hay un engañador de poder y astucia supremos que me está confundiendo deliberada y constantemente. En ese caso, y aunque el engañador me confunda, sin duda, yo también debo existir... la proposición "yo soy", "yo existo", es necesariamente cierta para que yo la exprese o algo confunda mi mente.

En otras palabras, la conciencia implica la existencia. En una de las réplicas a las objeciones del libro, Descartes resumió este pasaje en su ahora famosa sentencia: pienso, luego existo (en latín cogito ergo sum ("pienso, luego soy"). Sería absurdo pensar que cuando vemos y sentimos en realidad no sabemos ni sentimos que estamos viendo y sintiendo: puedo pensar y dudar si el mundo existe o no pero está claro que cuando pienso eso mi pensamiento efectivamente existe. Por tanto "pienso (dudo), luego existo"
El resto del libro contiene varios argumentos que los filósofos modernos consideran menos convincentes, tales como los argumentos ontológicos para la existencia de Dios y la supuesta prueba del dualismo entre la mente y el cuerpo

Teoría 1: Durkheim

PUNTOS BÁSICOS DEL PENSAMIENTO DURKHEINIANO

Los Hechos Sociales
Sus antecesores tanto Comte como Spencer veían esta nueva ciencia con un profundo espíritu positivista, dándole cualidades meramente organicistas o psicológicas, en tanto Durkheim epistemológicamente la independizó de las restantes disciplinas científicas existentes. Es entonces que interpreta la existencia de fenómenos específicamente sociales a los que llamó "hechos sociales", que constituyen unidades de estudio que no pueden ser abordados con otras técnicas que no sean las específicamente sociales.-
Durkheim define a los hechos sociales como: … "modos de actuar, de pensar y de sentir exteriores al individuo, y que poseen un poder de coerción en virtud del cual se imponen".
Las características básicas que representan a los hechos sociales son:
Exterioridad
Coerción
Colectividad
Los hechos sociales existen con anterioridad al nacimiento de un individuo en determinada sociedad, por lo tanto son exteriores a él.-
Por formar parte de la cultura de una sociedad son colectivos.-
Y siendo que un individuo es educado conforme a las normas y reglas que rigen la sociedad donde nació, son coercitivos.-
Durkheim mismo ejemplifica hechos sociales genuinos diciendo: …"; si existían antes es que existen fuera de nosotros. El sistema de signos que utilizo para expresar mi pensamiento (lengua materna), el sistema monetario que empleo para pagar mis deudas,…"
(los paréntesis del subrayado son propios).
Analizando estos ejemplos llegamos a la conclusión que todo rol que desempeñamos en nuestra relación con los demás seres humanos están comprendidos dentro de un hecho social.-
Sobre la coerción, vale hacer una lectura de lo que el mismo dice: "…Estos tipos de conducta o de pensamiento no son sólo exteriores al individuo, sino que están dotados de un poder imperativo y coercitivo en virtud del cual se imponen a él, lo quiera o no.- … La conciencia pública reprime todo acto que la ofende…"
"…Si yo no me someto a las convenciones del mundo, si al vestirme no tengo en cuenta los usos vigentes dentro de mi país y de mi clase, la risa que provoco, el alejamiento en que se me mantiene, producen, aunque en forma mas atenuada, los mismos efectos que un castigo propiamente dicho."
Sobre la característica de la colectividad sigue diciendo: "…Lo que los constituye son las creencias, las tendencias, las prácticas del grupo considerado colectivamente;…". A título de ejemplo basta citar las normas parentales del antiguo pueblo judío que exigía ante la viudez de una cuñada, que el cuñado estaba comprometido a tomarla como esposa, también, y la protegería; iguales ejemplos son los diferentes conceptos actuales de diversas sociedades en torno a la relación marital, o bien a la primacía de un sexo sobre el otro en el contexto y comportamiento social.-
Los hechos sociales tienen otra condición no menos importante que las anteriores y que es la de encarnarse en la psiquis de cada individuo de una sociedad y por tanto transformar la forma subjetiva de sentir determinados hechos o situaciones, por esta misma razón adquieren un carácter sui géneris, con valor en sí mismo y no como resultado de otros hechos sociales.-
Esta forma de sentir cuando el hecho se presenta frente a la presencia de un grupo puede dar lugar a otro fenómeno social, el que pasamos a describir.-
Las Corrientes Sociales
En la obra anteriormente mencionada, Durkheim los describe de la siguiente manera: "…Así en una asamblea, los grandes movimientos de entusiasmo, de indignación, de piedad que se producen, no tienen como lugar de origen ninguna conciencia particular. Nos llegan a cada uno de nosotros desde fuera y son susceptibles de arrastrarnos a pesar nuestro. …Si un individuo intenta oponerse a una de esas manifestaciones colectivas, los sentimientos que rechazan se vuelven en su contra."
Estas situaciones suelen ser de carácter emocional y por tanto breves, en algunas condiciones toman un giro racional, transformando así su permanencia, con lo que pueden volverse duraderas. Esto se puede demostrar por las diferentes etapas históricas por la que pasa un país cuando es marcado por un hito particular, por ejemplo el nacimiento de los partidos políticos tradicionales en Argentina.-
A los efectos del análisis crítico tanto del hecho social, y también válido para el de las corrientes sociales, los mismos han de ser estudiados como una cosa, al decir de Durkheim, o sea como un objeto. Por tanto el estudioso deberá encararlo con objetividad, desprendiéndose de todos los prejuicios y preconceptos que pueda tener antes de abordarlos.-
Lo dicho anteriormente resulta ser muy difícil, si a modo de ejemplo tomamos por punto de partida que el analista pertenece a una colectividad, sociedad, que tiene determinado su pensamiento a través del lenguaje que determina en sí mismo una estructura preestablecida de pensamiento lógico.-
"La división del Trabajo Social"
Para esta obra Durkheim parte de la base del concepto de solidaridad.-
Opone la organización de las sociedades arcaicas frente a la moderna y en relación con el espacio productivo que posean para su desarrollo.-
En las sociedades pequeñas numéricamente y con amplia extensión productiva, la división del trabajo es casi imperceptible. A modo de ejemplo, en las civilizaciones neolíticas la caza era una función masculina, mientras que el laboreo de la tierra era de carácter femenino.-
Estas sociedades por estar constituidas por segmentos sociales iguales les da el carácter de "segmentado" y en ellas existe un principio de "solidaridad mecánica".-
Como consecuencia la solidaridad de la colectividad es muy estrecha por lo que la conciencia colectiva prácticamente anula a la individual. En estas sociedades, incluso la religión es unificadora.-
Por el contrario en la medida que la sociedad crece numéricamente se hace imprescindible la diversificación del trabajo para poder atender las necesidades de la colectividad.-
Esta diversificación laboral estratifica a la sociedad acorde a sus funciones, y en este sistema se establece lo que Durkheim da en llamar una "solidaridad orgánica".-
Por el hecho que en las sociedades organizadas los individuos desarrollan diferentes aptitudes, aquellos que se concentran en un mismo tipo de funciones desarrollan diferentes enfoques de pensamiento, de estética, de ética, etc., por lo que la conciencia individual de un grupo se diferencia de los otros, y a su vez lo mismo ocurre con el individualismo dentro de cada subgrupo social.-
Ante esta situación de crecimiento social, Durkheim, establece el concepto de "densidad moral" o "dinámica".-
Dice: "…cuanto mas numerosos son (los individuos) y cuanto más intensa es la acción de unos sobre otros, tanto más reaccionan con fuerza y rapidez y por consiguiente, tanto más intensa es la vida social".-
Con lo que la diversificación del trabajo es la solución encontrada, por él, ante la escasez, producto del crecimiento demográfico en un mismo espacio.-
Mas adelante profundizará: "…La división del trabajo varía en razón directa al volumen y a la densidad de las sociedades, …".-
Resumiendo, Durkheim especifica únicamente, que el crecimiento demográfico es la causa de todos los demás cambios sociales, por lo que su teoría en este tópico, ha sido clasificada como "reduccionista".-
Sin embargo, en función del análisis que él hace sobre las sociedades de China y Rusia de su época, daría a entender que el crecimiento demográfico sería la causa de una mayor "densidad dinámica".-